“13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: “Hoy”; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (hebreos 3:13)
“52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones. (Marcos 6:52)
Nuestra intención al utilizar la ilustración del corazón fragmentado es solamente ayudarnos a descubrir los vínculos entre nuestros corazones y nuestros deseos. A través de esto, podemos descubrir los diferentes “amores o proposiciones” de nuestro corazón.
Cada uno de estos amores que preferimos a las instrucciones del Señor es un dios en nuestras vidas y deben ser destruidos. No hemos entendido bien las grandes dificultades que están asociadas con estos “pequeños amores”. Su presencia en nuestros corazones aumenta nuestra confusión interna debido a la competencia de nuestra lealtad y protección.
Abajo hay se encuentran dos ilustraciones. Gran parte de nuestro cansancio o desgaste, ansiedad, agotamiento emocional debido al estrés emocional y síntomas de confusión surgen por tener múltiples amores. Estamos diseñados para tener solamente un amor.
La devoción singular no capacita para vivir con confianza, claridad, y fortaleza. Todo nuestro enfoque está en lo que Dios quiere.
Lo que el dice llega a ser nuestro deseo y acción.
La vida cristiana es una vida simple. Retornamos a lo básico. Solamente teniendo nuestra mirada en el Señor seremos capaces de buscar su reino y su segunda venida. De lo contrario, nuestras mentes y corazones estarán en cualquier otra parte menos en el Señor.
El cristiano piadoso sigue teniendo tentaciones, pero son mucho más fáciles de soslayar. Hay menos confusión de enfoque y en el corazón. Sobresalen más y son mucho más fáciles de vencer. Queremos vencerlas.
Los grandes amores compiten entre ellos. Un reinado con tres reyes, cada rey tratando de ser el más fuerte y ganar más influencia, nunca tiene paz.
En este sistema, hay dos importantes “fugas” de energía:
(1) Cada uno de éstos sentían que sus necesidades tenían que ser atendidas.
(2) La relación entre cada una de las áreas tiene que ser vigilada.
La impureza causa ‘agotamiento emocional debido al estrés’ o depresión debido a que nuestro sistema no puede mantener todos ellos funcionando en buenas condiciones. Tendemos a enfocarnos en una o dos áreas y ser negligentes en las otras. El agotamiento espiritual llega cuando descuidamos nuestras vidas espirituales con Dios.
Nos hacemos tibios cuando tenemos muchas partes pequeñas que obstruyen nuestro amor real por el Señor.
Los fragmentos de nuestros corazones están en áreas que hasta cierto punto están encallecidas y endurecidas. Nuestro corazón no necesita estar tan endurecido, pero preferimos poner nuestros afectos en otras cosas por lo que nuestros corazones son más y más ensombrecidos o manchados.
A fin de reunificar nuestro corazón, necesitamos arrepentirnos de los otros amores que hemos perseguido. Hemos cometido adulterio espiritual por lo que tenemos que poner distancia de nuestros otros ‘socios’ y regresar, contritos y con fe. Cuando conseguimos que el Señor nos perdone a través de la sangre de Cristo, somos, otra vez, capaces de escoger los caminos del Señor en aquellas partes de nuestros corazones. Esa área se beneficiará de la luz del Espíritu.
La lección clave para el cristiano es recordar que su corazón está entenebrecido solamente porque ha puesto sus afectos en otra parte. Podemos reintegrarnos en cualquier momento y poner nuestro amor en el Señor. Aún cuando podría existir un gran conflicto y fuertes hábitos emocionales, la verdad es que, si servimos al Señor, nos beneficiaremos de la pureza del corazón.
Debemos tener en cuenta que Dios usa la disciplina (ver Hebreos 12) para ayudar a cumplir con este proceso. La disciplina es el proceso en el cual Él comúnmente usa las consecuencias para resaltar un área especial, de nuestras vidas, en la que necesitamos trabajar enfocándonos mucho en nuestros propios esfuerzos, no quiero decir que debemos ignorar la iniciativa del Señor. Mí intención es complementar y agilizar el trabajo y esfuerzo del Señor.
5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida (1 Timoteo 1:5).
¿Podemos guardarnos de caer como tantos alrededor nuestro? Seguro que podemos si seguimos un secreto clave.